El complemento de dedicación exclusiva en el SAS: un auténtico impuesto revolucionario.
Esta semana han aparecido en Diario SUR dos noticias bastante significativas en lo referente a aspectos laborales en Sanidad. En la primera se decía que un total de 25 médicos de la provincia han sido “pillados” y van a ser sancionados por los inspectores de Sanidad por estar ejerciendo la medicina privada sin haber renunciado en la Sanidad Pública al complemento de dedicación exclusiva (CDE). En la segunda, y complementado a la anterior, se dejaba claro que el 90 % de esos 25 médicos tenían “contratos parciales” en el SAS, que es la manera fina de decir que tenían “contratos basura”, es decir, contratos porcentuales al 33 %, 50 % o 75 %. Contratos al 75 % que, ahora, la Presidenta de la Junta de Andalucía se pavonea en decir que para finales de año van a estar liquidados todos puesto que sus sufridores pasarán ya al 100 %; es una forma de falsear una historia real de 3 años en los que todas las jubilaciones se han ido amortizando, no han sido cubiertas, y se han ido generando espacios virtuales de trabajo de 4 x 25 % en cada jubilación para usarlos ahora y vestirlos de éxito. Te quitan algo que es tuyo y te lo devuelven a los 4 años revestido de éxito laboral, cuando la verdad es que han reducido un puesto de trabajo de cada 4 que había antes de la crisis.
Considerando que el sueldo medio de un@ médic@ del SAS ronda los 2.000 Euros netos y que incluye el CDE (que viene a rondar unos 650 Euros), los lectores pueden hacer cuentas con una calculadora. Por supuesto habrá muchas personas (incluyendo muchos cobardes y descabezados bajo el pseudónimo de algún “troll” que a partir de mañana me asediarán en Twitter) a las que les parezca un sueldo excesivo; no entro en valorar la cuantía, sólo doy el dato.
El CDE viene a ser un complemento que perciben l@s médic@s que trabajan para la Sanidad Pública en algunas comunidades autónomas (CCAA) de España (la minoría ya, puesto que en la mayor parte de las CCAA los jueces lo han eliminado por discriminativo e ilegal) por el simple hecho de trabajar sólo para la Sanidad Pública y no ejercer su labor profesional en otro ámbito fuera del horario estipulado en su contrato laboral. Los que decidimos poner nuestro conocimiento a disposición de los pacientes en el ámbito de la Sanidad Privada no tenemos derecho a ese complemento (debemos renunciar por escrito a él) aunque desempeñemos la misma actividad laboral en la Sanidad Pública que nuestros compañeros que no tienen ejercicio privado. Es algo absolutamente mafioso y viene a ser como un “pizzo” a la inversa: te pago para que trabajes sólo para mí y fuera de tu contrato laboral no trabajes para más nadie. Y además, nuestros compañeros del día a día que no tiene ejercicio en la Sanidad Privada están haciendo el mismo trabajo que nosotros pero con un sueldo mayor. Sí señor, igualdad ante todo.
Son las reglas del juego y hay que respetarlas. En Andalucía este círculo de control se estrecha más aún puesto que los médicos que no tenemos dedicación exclusiva estamos ya, desde el BOJA, descartados para poder optar a concursar por algún puesto de mando intermedio en la Sanidad; si tienes ejercicio privado sólo te queda la opción de que te den la responsabilidad de alguna Unidad funcional, aun trabajando en la Sanidad Privada, pero eso sólo ocurre si eres amigo del Jefe de la Unidad de Gestión Clínica, vecino suyo, tomas cervezas con él o le ríes las gracias. En este momento me vienen a la cabeza los grandes Joe Pesci y Ray Liotta en “Uno de los nuestros”. El principio filosófico de premiar con el CDE a los que ejercen sólo en la Sanidad Pública es que están más centrados y dedicados al “sistema” que los “mercenarios” que ejercen en la Sanidad Privada también, a los que por supuesto toca mirar de soslayo y como sospechosos. Este principio estaría justificado si se nos presentase de forma rigurosa algún estudio científico en el que se demuestre que l@s médic@s que ejercen sólo en la Sanidad Pública tratan mejor a sus pacientes, operan con mejores resultados, enseñan más y mejor a residentes y alumnos y además en todo ese tiempo en el que se les recompensa por no trabajar en la Sanidad Privada hacen más investigación básica y clínica y publican más que los que trabajan de forma mixta. Este estudio aún no se ha diseñado ni creo que se haga nunca, así que las explicaciones de la discriminación están por llegar todavía. Igual que están por llegar las explicaciones de qué tipo de valoración se hace de las actividades que la gran mayoría de los profesionales que trabajan para la Sanidad Pública en exclusiva teórica desarrollan fuera de horario laboral y que les es remunerada de forma complementaria; ¿no vulnera esto la filosofía del CDE?; ¿por qué no puede cobrar el CDE el cirujano que opera por la tarde en un hospital privado y sí lo cobra el que de forma regular opera por las tardes en la Sanidad Pública, fuera del horario del rutina y del sueldo habitual, y percibe remuneración también por ello?; ¿y las actividades médicas y quirúrgicas relacionadas con los trasplantes, que se cobran de forma complementaria y en ocasiones se solapan con el horario de trabajo habitual?; ¿y, finalmente, las colaboraciones con la industria farmacéutica, directamente proporcionales en número y cuantía con el escalafón que se ostenta en el Sistema Sanitario Público Andaluz y que generan no escasos beneficios a muchos profesionales “exclusivos” de la Sanidad Pública?
El Presidente del Colegio de Médicos, Dr. Sánchez Luque, al mismo tiempo que llama a los médicos a cumplir con la legislación vigente, define perfectamente como trasnochado e injusto en nuestro tiempo el CDE, que debe ser eliminado para equipararnos con otras CCAA, a las que también deberíamos aspirar a igualar en salario y retribuciones públicas complementarias. No hay mayor mediocridad ni miseria, por parte de la Administración Pública Sanitaria, que perseguir a los débiles, a los desprotegidos desde el punto de vista contractual, a los que menos tienen, y hacer la vista gorda (el que quiera datos con nombre y fecha que me escriba y se los doy) cuando son facultativos ya con contratos de larga duración los que aprovechan la impunidad de su proximidad a cargos intermedios de los hospitales del SAS para trabajar en la Sanidad Privada de forma ocasional y ejercer una competencia que además de desleal es ilegal para con todos los que cumplimos con la legalidad vigente. Otro ejemplo de igualdad.